TIJUANA TÓXICA, un río de problemas


¿A quién le interesa el Arte y la Cultura cuando ni siquiera podemos respirar aire puro y el agua comienza a escasear? Se compadece de aquellos que deben salir y respirar diariamente el aire tóxico de Tijuana, su futuro inspira a desarrollar este artículo.

La contaminación en Tijuana es un problema grave que afecta la salud y el medio ambiente de sus habitantes. El aire de Tijuana contiene partículas finas (PM2.5) que provienen de diversas fuentes, como el tráfico vehicular, las industrias, las quemas agrícolas, los incendios forestales y la basura. Estas partículas pueden causar enfermedades respiratorias y cardiovasculares, así como cáncer y muerte prematura.

Según un informe publicado por IQAir, una compañía de software que rastrea datos de calidad del aire en vivo de 3 mil ciudades alrededor del mundo, Tijuana fue la quinta ciudad más contaminada de Latinoamérica en 2020, con un promedio anual de 26.1 µg/m³ de PM2.5, superando el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 10 µg/m³1. El informe atribuye esta situación a la falta de políticas públicas efectivas para reducir las emisiones y mejorar el transporte público.

Además, Tijuana sufre de la contaminación del río Tijuana y de las playas, debido al derrame de aguas residuales sin tratar que provienen de la planta de tratamiento de San Antonio de los Buenos, también conocida como Punta Bandera, y de los problemas de saneamiento y drenaje que acaban llevando los desechos al océano. Esto afecta la biodiversidad marina, el turismo, la pesca y la salud de las personas que entran en contacto con el agua contaminada.

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A continuación las consecuencias hipotéticas en tono de ciencia ficción distópica de la contaminación atmosférica en Tijuana:

Año 2030: La contaminación atmosférica en Tijuana ha alcanzado niveles críticos, superando los 100 µg/m³ de PM2.5. Los habitantes de la ciudad sufren de constantes dolores de cabeza, irritación de ojos y garganta, tos y dificultad para respirar. Las enfermedades respiratorias como el asma, la bronquitis y la neumonía se han vuelto comunes, especialmente entre los niños y los ancianos. Los hospitales están saturados y no hay suficientes medicamentos ni equipos para atender a los pacientes.

Año 2035: La contaminación atmosférica en Tijuana ha provocado un aumento de las enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, la arritmia y el infarto. Muchas personas mueren de forma súbita por paros cardíacos o derrames cerebrales. La esperanza de vida de la población ha disminuido en 10 años. Los que sobreviven tienen que usar máscaras de oxígeno para salir a la calle, ya que el aire es irrespirable. El gobierno ha impuesto restricciones al uso de vehículos y a la actividad industrial, pero son insuficientes y no se cumplen.

Año 2040: La contaminación atmosférica en Tijuana ha causado un incremento de los casos de cáncer de pulmón, laringe, esófago y vejiga. La tasa de mortalidad por cáncer es la más alta del país. Los tratamientos son costosos e ineficaces, y solo están al alcance de unos pocos. La mayoría de la gente se resigna a morir sin esperanza. La ciudad se ha convertido en un lugar gris y desolado, donde el sol no se ve y el cielo está cubierto de una capa de smog. La gente vive encerrada en sus casas, aislada y deprimida.

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La contaminación en Tijuana es un desafío que requiere de la participación de todos los sectores: gobierno, empresas, sociedad civil y ciudadanía. Es necesario implementar medidas urgentes para mejorar la gestión de los residuos sólidos, el tratamiento de las aguas residuales, el control de las emisiones industriales y vehiculares, el fomento de las energías renovables y la educación ambiental. Solo así se podrá garantizar el derecho a un ambiente sano y una mejor calidad de vida para las generaciones presentes y futuras.

Para atenuar el problema de la contaminación en Tijuana, se podrían llevar a cabo diversas acciones conjuntas a nivel regional. Algunas de ellas podrían incluir:

Establecer acuerdos y colaboraciones entre los gobiernos de Tijuana, Los Ángeles y San Diego para implementar políticas ambientales coordinadas y estrategias de reducción de emisiones. Esto podría incluir la adopción de normativas más estrictas sobre la calidad del aire, la promoción de tecnologías limpias y la inversión en infraestructuras sostenibles.

Desarrollar programas de transporte público eficiente y sostenible que conecten las áreas metropolitanas de Tijuana, Los Ángeles y San Diego. Esto podría incluir la expansión de redes de trenes ligeros, autobuses eléctricos y sistemas de bicicletas compartidas, incentivando así la disminución del uso de vehículos particulares y la reducción de la contaminación atmosférica.

Promover la educación ambiental y la concientización ciudadana en las tres ciudades. Esto podría realizarse mediante campañas de sensibilización sobre la importancia de reducir la contaminación y adoptar prácticas más sostenibles en el transporte, la gestión de residuos y el consumo de energía.

Impulsar la colaboración entre las industrias y empresas de los tres lugares para adoptar medidas de eficiencia energética, reducción de emisiones y uso de energías renovables. Establecer incentivos económicos y programas de certificación ambiental podrían motivar a las empresas a implementar prácticas más sostenibles.

Fomentar la investigación y el desarrollo de tecnologías limpias y soluciones innovadoras para abordar la contaminación en la región. Esto podría involucrar la creación de centros de investigación conjuntos y la financiación de proyectos que promuevan la sustentabilidad y la mitigación de la contaminación.