ASPIRACIONISMO VS. TRANSHUMANISMO


El aspiracionismo enfatiza la importancia de establecer metas ambiciosas y perseguir activamente los sueños y deseos personales para lograr la felicidad, el éxito y la realización. En cierto sentido, se asemeja al enfoque del trabajo exterior, que implica acciones dirigidas hacia la mejora social y comunitaria. Sin embargo, a medida que se avanza en el trabajo interior, conocido como desarrollo humano, se adquiere conciencia no solo de la superficialidad, el materialismo y el consumismo, sino también de la naturaleza conformista de buscar los modelos aspiracionistas promovidos en escaparates de centros comerciales y revistas.

En mi adolescencia temprana, me sentí atraído por el aspiracionismo, pero a medida que adquirí nuevas lecturas y experiencias, en mis veinte mi vida tomó un giro hacia el desarrollo humano y el activismo político. Fue en mi madurez, alrededor de los cuarenta y tantos años, cuando decidí estudiar finanzas y negocios, impulsado por mi interés en la filosofía transhumanista. Esta filosofía desafiaba mi visión de tomar el control de mi condición en diferentes aspectos. Sin embargo, la idea de fusionarme con la máquina se alejaba de mis deseos y propósitos. En su lugar, abogo por una gobernanza tecnológica basada en la filosofía de la tecnología y gestiono su uso de manera práctica y útil para mejorar mi condición y estilo de vida.

Uno de los aspectos que realmente llamó mi atención del transhumanismo fue el uso de los conceptos de entropía, antropía y extropía para describir la visión de superar la condición humana. Esto implica trascender la entropía y alcanzar un estado de creciente orden, complejidad y progreso:

Entropía: Representa el desorden y las limitaciones inherentes a la naturaleza humana.
Antropía: Inversión de la entropía, creación de orden y complejidad mediante el uso de tecnología para superar las limitaciones humanas.
Extropía: Impulso hacia el progreso y la expansión humana más allá de los límites actuales, buscando constantemente la mejora y el desarrollo.

El aspiracionismo puede verse como un enfoque cuasi-religioso y mercantilista centrado en el impulso consumista de la sociedad actual que tiene como Gran Otro, el dios Mercado. Por otro lado, el transhumanismo se presenta como una filosofía menos consumista y más intelectual, que busca superar las limitaciones humanas y alcanzar un mayor desarrollo a través de la tecnología, entendida esta como la suma de técnicas, habilidades, métodos y procesos en el logro de objetivos. Algunas personalidades conocidas asociadas con el aspiracionismo son Elon Musk, Oprah Winfrey, Kim Kardashian y Cristiano Ronaldo, mientras que representantes del transhumanismo incluyen a Julian Huxley, Marvin Minsky, Nick Bostrom, Neil Harbisson, Zoltan Istvan y Natasha Vita-More.

El aspiracionismo, por su propia definición, tiende a excluir a ciertos grupos de personas, como los mayores, discapacitados, pobres y minorías, que no se ajustan a la noción de meritocracia que a menudo está sesgada hacia la blancura y privilegia ciertos atributos. En contraste, el transhumanismo tiene el potencial de adaptarse a las necesidades individuales y reales de cada persona.

El transhumanismo busca superar las limitaciones y las desigualdades inherentes a la condición humana, brindando oportunidades para mejorar y potenciar las capacidades individuales, independientemente de la edad, discapacidad, estatus socioeconómico o pertenencia a minorías. En lugar de excluir a estos grupos, el transhumanismo ofrece la posibilidad de utilizar la tecnología y otras herramientas para abordar las necesidades y desafíos específicos que enfrentan.

Al centrarse en las necesidades reales de las personas, el transhumanismo puede promover una mayor inclusión y equidad, permitiendo a individuos de diversos contextos y circunstancias mejorar sus vidas y alcanzar su máximo potencial. Esto implica un enfoque más holístico y personalizado que reconoce y valora la diversidad de las experiencias humanas, superando así las limitaciones del aspiracionismo y su sesgo hacia la meritocracia.

Sería un error considerar que la tecnología en su versión máquina es fundamental en el transhumanismo, ya que su alcance se extiende más allá. Fuera de los círculos del Silicon Valley y los seguidores de Ayn Rand, existen otras interpretaciones que se basan en los postulados antrópicos y la crítica al antropocentrismo en todas sus manifestaciones. Estas interpretaciones buscan promover un enfoque inclusivo y diverso centrado en el biocentrismo. En lugar de enfocarse únicamente en las máquinas, se exploran perspectivas que valoran la interconexión y la diversidad de la vida en todas sus manifestaciones.

En culturas no anglosajonas y en sociedades en vías de desarrollo, puede ser un desafío considerar el transhumanismo debido a la influencia dominante del humanismo burgués que se deriva de la herencia colonial. Esto a menudo resulta en una división entre intelectuales que se limitan a traducir y difundir conocimiento producido en las metrópolis occidentales, y consumidores pasivos de ese conocimiento.

Para abordar esta situación, es necesario revertir la herencia colonial a través de una nueva educación orientada al desarrollo de conocimiento propio, práctico y aplicable a nivel personalizado. Esto implica superar las concepciones burguesas y fetichistas del arte y la tecnología, y fomentar la autonomía intelectual y creativa en el contexto cultural y social específico.

En ausencia de un enfoque crítico, las brechas existentes pueden profundizarse, impidiendo a las personas acceder a los controles y la dirección de su propio desarrollo. Es fundamental que las sociedades emergentes promuevan la participación activa y la apropiación de conocimientos científicos y tecnológicos, de modo que las personas puedan tomar decisiones informadas y contribuir a su propio desarrollo y determinación evolutiva.